Cuesta mucho comenzar a coger una rutina de hábitos saludables y más cuando llevas mucho tiempo sin hacerlo. El primer paso de proponerlo o anotarlo en una hoja como nuestro objetivo es fácil, pero comenzar a llevarlo a la práctica no lo es tanto. Todos tenemos momentos de más pereza en nuestras vidas donde nos cuesta mantener hábitos saludables, controlar la alimentación o realizar algún tipo ejercicio de actividad física.
A continuación veremos unos sencillos consejos que te ayudarán a mantener unos hábitos de vida activa y saludable.
1. Cumple con tu primer día de rutina
El primer día es el que más cuesta pero, sin duda, es imprescindible para lanzarnos a por nuestros objetivos. No importa si estés preparado para comenzar, si has descansado lo suficiente o tienes poco tiempo, porque el primer día lo utilizaremos para comenzar a crear nuestro hábito.
No tiene que ser un día exigente. En cuanto al entrenamiento, no es necesario comenzar a realizar un entreno intenso ni extenso en el tiempo. Basta con cumplir con nuestro primer día, la calidad del entrenamiento ya llegará en los próximos días. En cuanto a la alimentación, un pequeño cambio de hábito puede ser suficiente, por ejemplo comenzar a beber 2 litros de agua al día o reducir la cantidad de pan ingerido en el día.
¡El primer día es nuestro comienzo para creer en nuestro progreso!
2. Concreta tus objetivos
Tras tu primer día de rutina seguro que ya ves todo de otro color asique es momento de concretar tus objetivos. Puedes dividir los objetivos en categorías para gestionarlo mejor, por ejemplo: Actividad física, alimentación y familia/amigos.
Dentro de cada categoría es muy importante que pienses en una progresión, es decir, que comiences con objetivos más sencillos y fáciles de conseguir para después pasar a otros más complejos.
Ejemplo de progresión en el entrenamiento:
· Ir a caminar 3 días a la semana, 1 hora al día.
· Comenzar a ir al gimnasio 2 días a la semana.
· Pedir consejo a un entrenador para que te planifique un entrenamiento adaptado.
¡Comienza por objetivos sencillos y notarás el cambio!
3. Progresión
Una vez concretados los objetivos, puede que estemos muy motivados para comenzar a cambiar nuestro cuerpo y nuestros hábitos de forma radical. Es una idea fantástica pero ¡ojo!, no hay que volverse locos, crear una rutina requiere de tiempo a largo plazo, no de objetivos a corto plazo.
Comienza de forma progresiva, no intentes abarcar demasiadas cosas al mismo tiempo porque es realmente duro al principio. La larga lista de propósitos que tienes anotado en tu agenda podría ser realmente estresante si intentas hacerlo todo a la vez.
Márcate un solo objetivo para comenzar y date tiempo, dedícale una o dos semanas para conseguirlo de forma habitual. Tómatelo con calma y haz las cosas bien, pasito a pasito conseguirás grandes objetivos sin darte ni cuenta.
4. Sé consciente y entiende los contratiempos
Lo normal en la vida es que de forma inesperada aparezcan contratiempos que puedan desviar tu rutina, como por ejemplo salir más tarde del trabajo o tener una cita con el médico. Debido a estas situaciones, puede ser tentador dejarse llevar y pensar que has desperdiciado tu día de entrenamiento. Podrías llegar a perder la motivación y al día siguiente dejarte llevar y aprovechar cualquier pequeño contratiempo de nuevo.
No en un “todo o nada” ya que esta actitud de llevará hacia el fracaso. Hay que ser comprensible y entender los contratiempos. Si un día no he podido entrenar o he tenido que comer algo que no sea lo ideal, no pasa nada, en los días siguientes podremos recuperarlo siempre que mantengamos la motivación y el esfuerzo. Un retraso es muy habitual pero se recupera con mucha facilidad. No conviertas ese retraso en un fracaso.
La consistencia es la clave que marca la diferencia entre los que se aferran a sus objetivos y a los que no.
¡Haz el esfuerzo y mantén la constancia! ¡Te alegrarás de haberlo hecho!
5. Organízate
Se organizado y prepárate ante cualquier actividad. Te resultará menos estresante y será mucho más productiva.
· Crea horarios que se adapten a ti. Saca el máximo provecho a cada día teniendo buena organización horaria. Cada persona tiene sus horarios de trabajo, por lo algunos tendrán que madrugar y entrenar a primera hora del día, mientras que otros podrán hacerlo mejor al medio día o al salir del trabajo. No importa cuando sea, pero si que aproveches el tiempo al máximo.
· Haz la lista de la compra. Compra lo necesario e imprescindible. Para ello planifica tus comidas y así sabrás lo que tienes que comprar cada semana. Te ayudará a reducir gastos innecesarios.
· Dedica tiempo a pensar en tus progresos y objetivos. Una práctica muy buena es dedicar un tiempo al final del día, por ejemplo cuando estés en la cama antes de dormirte, a pensar (incluso anotar) tus progresos por pequeños que sean, te ayudará a mejorar y continuar motivado.
6. No hay atajos
Hay que ser consciente que si algo queremos, algo tenemos que esforzarnos. No existen dietas milagrosas ni son reales los entrenamientos de 7 minutos al día para un cuerpo perfecto.
Todo lo que queramos conseguir, es imprescindible dedicarle tiempo y ganas. No hay atajos para conseguir grandes resultados.
Ten una visión general de la realidad y pule poco a poco tu actitud. Lo mejor de estar en forma y mantener un estilo de vida saludable es que te encontrarás muy bien contigo mismo, y te demostrarás que eres capaz de conseguir tus propósitos y llevar las riendas de tu vida.
¡Tu eres el dueño de tu propio destino!
Conclusión
Todos somos capaces de realizar un cambio en nuestras vidas y mejorar nuestros hábitos creando un estilo de vida saludable, si es que no lo era, pero para ello se necesita esfuerzo y dedicación.
No es necesario cambiar de un día para otro. Lo ideal será planificar tus objetivos, empezar por un pequeño pasito, y continuar poco a poco para mantener estos cambios en un estilo de vida.
¡Construye tu rutina saludable y estarás tan orgulloso, que podrás mantenerla para toda la vida!